martes, 14 de abril de 2009

Querer es poder

Y sentada, rendida ante todo, te pensé. Pensé en tu aroma, pensé en tus besos.
Pensé en las veces en que vi tu rostro y me sonreiste. Sonrisa cálida, tenue, cálida.
Siempre amé tu locura, tu manía de encontrarle un sentido a esta rutina, la rutina que nos maltrata.
Extraño tus ojos, tu mirada intensa, tu voz candente. Extraño tus palabras, siempre supiste recitar. Siempre supiste agarrarme la mano y llevarme a ningún lado; nunca te acompañé.

Nunca pude darte todo, nunca pude ser tuya. No quise, pude. El silencio nos acechó, me rendí a lo absurdo, a lo cotidiano.

Nunca quise probar lo desconocido, tuve miedo. Miedo de sentir que contiho no existían límites; no me pude arriesgar. Pude, no quise.

Y ahora, ¿qué pasa? Sino estás y no estoy. Cuando quiero, no puedo. No puedo acercarme, no merezco tu alma, no merezco tu sonrisa y mucho menos tu voz.
Me perdí en lo insólito, no medí mis pasos, y ahora aca estoy, sentada, rendida ante todo, pensando en vos...

No hay comentarios: